La Navidad… un año más nos encontramos ante estos días en los que las emociones y sentimientos varían . Aumentan y disminuyen como si con una lupa se miraran.
“Los felices son muy felices, y los infelices son muy infelices”
Es importante conocernos y aprender a identificar nuestras emociones. Éste es el primer paso para aceptarlas y aceptarnos. Saber cómo nos sentimos es la primera señal para identificar pensamientos desagradables y en consecuencia tener mayor control sobre nuestro comportamiento en general.
En Navidad, parece que exista la obligación de “ser feliz” durante estos días… luces, música, anuncios televisivos etc. recuerdan a todo el mundo la necesidad de sonreír. Pero desgraciadamente, no siempre es posible. Pérdida de personas queridas, separaciones, estar lejos de los tuyos, problemas económicos… son algunos de los motivos que pueden hacer que algunas personas no consigan sonreír.
La recomendación a estas personas es que, aunque la inercia ante momentos duros nos lleve a la inactividad y a permanecer aislados, esto sólo conlleva a estados emocionales más desagradables. Por ello, es importante mirar hacia atrás y tratar de encontrar aquellas actividades que con poco esfuerzo nos hacían sentir bien hace un tiempo. Ahora es el momento de retomarlas. Numerosos estudios demuestran que un aumento de actividades agradables mejora el estado de ánimo de personas que sufren un estado de ánimo deprimido.
Es Navidad y no por ello tienes la obligación de sonreír. Lo que sí que tienes es la oportunidad para intentarlo, hoy y el resto del año.
Patricia Cuartero
“Los felices son muy felices, y los infelices son muy infelices”
Es importante conocernos y aprender a identificar nuestras emociones. Éste es el primer paso para aceptarlas y aceptarnos. Saber cómo nos sentimos es la primera señal para identificar pensamientos desagradables y en consecuencia tener mayor control sobre nuestro comportamiento en general.
En Navidad, parece que exista la obligación de “ser feliz” durante estos días… luces, música, anuncios televisivos etc. recuerdan a todo el mundo la necesidad de sonreír. Pero desgraciadamente, no siempre es posible. Pérdida de personas queridas, separaciones, estar lejos de los tuyos, problemas económicos… son algunos de los motivos que pueden hacer que algunas personas no consigan sonreír.
La recomendación a estas personas es que, aunque la inercia ante momentos duros nos lleve a la inactividad y a permanecer aislados, esto sólo conlleva a estados emocionales más desagradables. Por ello, es importante mirar hacia atrás y tratar de encontrar aquellas actividades que con poco esfuerzo nos hacían sentir bien hace un tiempo. Ahora es el momento de retomarlas. Numerosos estudios demuestran que un aumento de actividades agradables mejora el estado de ánimo de personas que sufren un estado de ánimo deprimido.
Es Navidad y no por ello tienes la obligación de sonreír. Lo que sí que tienes es la oportunidad para intentarlo, hoy y el resto del año.
Patricia Cuartero
Psicólogo en Puerto de Sagunto